Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, el uso del aire acondicionado se vuelve esencial para mantener una temperatura agradable en el hogar o en espacios de trabajo. Sin embargo, muchas veces se descuida un aspecto fundamental: el mantenimiento preventivo. Un sistema de climatización mal cuidado puede generar un mayor consumo energético, fallos frecuentes e incluso afectar la calidad del aire que respiramos. Por eso, entender y aplicar buenas prácticas de mantenimiento en esta época del año no solo mejora el rendimiento del aparato, sino que también extiende su vida útil, reduce costos de reparación y garantiza un uso más seguro y eficiente. A continuación, se detallan los principales consejos que deberías tener en cuenta para mantenimiento de aire acondicionado en verano, desde tareas básicas que puedes realizar en casa hasta aspectos técnicos que requieren intervención profesional.
1. Revisión y limpieza de los filtros de aire
Los filtros del aire acondicionado cumplen la función de retener partículas de polvo, polen, pelos de mascotas y otros elementos contaminantes que circulan en el ambiente. Durante el verano, el uso continuo del equipo hace que estos filtros se saturen con mayor rapidez, disminuyendo la calidad del aire que respiras y forzando al sistema a trabajar con más esfuerzo. Esto no solo aumenta el consumo eléctrico, sino que también puede acortar la vida útil del equipo. La limpieza o sustitución de los filtros debe realizarse al menos una vez al mes, especialmente si el ambiente es polvoriento o si hay mascotas en casa. En equipos split, los filtros suelen estar ubicados en la parte frontal de la unidad interior y se pueden desmontar con facilidad. Para limpiarlos, basta con agua y jabón neutro; una vez secos, se colocan nuevamente en su lugar. En caso de estar muy deteriorados, es recomendable reemplazarlos por otros nuevos.
2. Comprobación de las salidas y entradas de aire
Asegurar una correcta circulación del aire es clave para que el sistema funcione de manera eficiente. Muchas veces, sin darnos cuenta, colocamos muebles, cortinas o elementos decorativos que bloquean las rejillas por donde el aire entra o sale, afectando directamente su capacidad para climatizar los espacios. Una revisión periódica de estos puntos puede prevenir un descenso en el rendimiento del equipo. Además, la acumulación de polvo en las rejillas también puede obstruir el flujo de aire y dificultar el enfriamiento de las estancias. Es conveniente limpiar las salidas y entradas de aire al menos una vez al mes con un paño seco o un cepillo suave, y verificar que estén despejadas en todo momento. Un sistema con buena ventilación trabaja menos, consume menos electricidad y mantiene una temperatura estable de manera más eficiente.
3. Limpieza de la unidad exterior (condensadora)
La unidad exterior del aire acondicionado, también conocida como condensadora, está expuesta constantemente a las condiciones ambientales: polvo, hojas, insectos, contaminación, entre otros elementos que pueden acumularse y bloquear el paso del aire. Esta acumulación reduce la capacidad del equipo para disipar el calor generado durante su funcionamiento, haciendo que trabaje más y se caliente, lo que puede derivar en fallos prematuros o en una reducción significativa de su rendimiento. Para evitar estos problemas, es recomendable revisar la unidad exterior al menos una vez al mes durante el verano. Se puede limpiar con un cepillo de cerdas suaves y aire comprimido, siempre asegurándose de apagar el equipo antes de realizar cualquier tarea. También conviene verificar que la unidad esté nivelada y que no haya objetos cercanos que obstruyan el flujo de aire. Una unidad exterior limpia y bien ubicada es fundamental para que el sistema funcione de forma correcta y eficiente.
4. Verificación del nivel de gas refrigerante
El gas refrigerante es el elemento que permite que el aire acondicionado enfríe el aire. Un nivel bajo puede ser indicio de una fuga y ocasiona que el equipo no enfríe adecuadamente, consuma más electricidad o incluso deje de funcionar. Aunque no se trata de una tarea que pueda realizarse sin conocimientos técnicos, es importante estar atenta a ciertos signos como una disminución repentina en el rendimiento, escarcha en las tuberías o ruidos inusuales, ya que pueden indicar un problema relacionado con el gas. La revisión y recarga del refrigerante debe realizarla un técnico autorizado, quien además podrá comprobar si existe una fuga y repararla. Contar con un nivel de gas correcto no solo asegura un enfriamiento adecuado, sino que también protege al compresor de sobrecargas y daños.
5. Mantenimiento de aire acondicionado en verano: comprobación del termostato
El termostato regula la temperatura y determina cuándo debe encenderse o apagarse el aire acondicionado. Si no está calibrado correctamente, puede provocar que el sistema funcione en exceso o que no enfríe lo suficiente. Durante el verano, es especialmente importante que el termostato funcione con precisión para mantener el confort térmico sin un consumo excesivo. Asegúrate de programarlo a una temperatura eficiente, generalmente entre 24 y 26 °C. Si el sistema cuenta con funciones como temporizador, programación horaria o conectividad inteligente, utilízalas para adaptar el funcionamiento del equipo a tus rutinas diarias. Esto permite que el aire acondicionado funcione solo cuando realmente se necesita, generando un ahorro energético sin perder confort.
6. Uso de modos de funcionamiento adecuados
Los equipos de aire acondicionado actuales incluyen diferentes modos de funcionamiento que permiten optimizar su uso según las necesidades del momento. Los modos ECO o AUTO, por ejemplo, ajustan automáticamente la temperatura y la velocidad del ventilador para ofrecer un equilibrio entre confort y eficiencia energética. El modo SLEEP, en cambio, es ideal para las noches, ya que ajusta progresivamente la temperatura para favorecer el descanso sin consumir energía de más. Aprovechar estas funciones no solo mejora la experiencia de uso, sino que también reduce el desgaste del sistema y prolonga su vida útil. Familiarizarse con las funciones específicas de tu modelo puede marcar una gran diferencia en el rendimiento general durante el verano.
7. Mantenimiento de aire acondicionado en verano profesional y anual
Aunque muchas tareas de mantenimiento pueden realizarse en casa, contar con la intervención de un profesional al menos una vez al año es altamente recomendable. Un técnico especializado puede realizar una limpieza profunda del sistema, revisar los componentes internos, calibrar el termostato, verificar el nivel de gas y asegurarse de que no haya fugas ni averías incipientes. Programar este servicio antes del inicio del verano es una buena práctica, ya que garantiza que el equipo esté en óptimas condiciones para afrontar los meses de mayor demanda. Además, el mantenimiento profesional puede detectar problemas antes de que se conviertan en reparaciones costosas, protegiendo así tu inversión y asegurando el funcionamiento eficiente del sistema.
Con Servihogar el mantenimiento de aire acondicionado en verano es más fácil que nunca
Mantener el aire acondicionado en buen estado durante el verano no es solo una cuestión de confort, sino también de eficiencia, economía y salud. Una rutina de mantenimiento de aire acondicionado en verano adecuada permite disfrutar de un ambiente fresco sin sobresaltos, evita averías inesperadas y alarga la vida útil del equipo. Limpiar los filtros, revisar el gas refrigerante, mantener despejadas las rejillas y programar un mantenimiento profesional son acciones sencillas pero fundamentales que marcan la diferencia en el rendimiento del sistema. Dedicar tiempo a cuidar tu equipo de climatización te permitirá enfrentar los días de calor con tranquilidad, asegurando que funcione de forma segura, silenciosa y eficaz en todo momento.