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¿El sistema de calefacción de tu casa o de tu comunidad de vecinos funciona con radiadores alimentados con agua caliente mediante un circuito? Entonces, es probable que haya presentado un problema muy común en estos mecanismos, y es que los radiadores más cercanos a la caldera se sobrecalientan, mientras que aquellos que están distantes apenas calientan un poco. Cuando esto ocurre, es momento de hacer un equilibrado hidráulico. Dicho proceso permite balancear adecuadamente el suministro de calor entre todos los espacios de la vivienda o en todos los pisos del edificio.
Este procedimiento también es conocido como “optimización del sistema de calefacción”, ya que hace más eficiente el suministro de calor. Por tanto, reduce el impacto ambiental del consumo de energía y ayuda a disminuir el coste de la factura de luz.
En esencia, el equilibrado hidráulico es un procedimiento que permite ajustar el sistema de calefacción para regular la distribución óptima y justa del agua caliente. De tal modo que, tanto los radiadores más cercanos a la caldera o fuente emisora de calor como los más alejados de esta, reciban el mismo caudal de agua caliente. Lo anterior también aplica a todos los puntos de tubería para los sistemas de calefacción por suelo radiante. En ambos casos, todos estos terminales proporcionarán la misma temperatura.
Una forma de llevar a cabo un equilibrado hidráulico es instalando válvulas termostáticas ajustables a los requerimientos de cada circuito. En consecuencia, cada radiador o punto de suelo radiante obtendrá la cantidad de agua caliente necesaria para lograr su temperatura adecuada, evitando excesos. Por tanto, lo mismo debe ocurrir con los siguientes terminales, que también recibirán el flujo requerido para calentarse y no menos, ya que los anteriores no quedarán con agua de más.
En los sistemas de calefacción de suelo radiante, el equilibrado se efectúa mediante un caudalímetro incorporado al colector. Este dispositivo permite ajustar el caudal de agua y seleccionar la temperatura deseada.
Una vez instaladas las mencionadas válvulas, los demás componentes de este deberían ajustarse automáticamente. Es decir, que los radiadores, las válvulas o las tuberías han de funcionar de modo que se pueda lograr una distribución uniforme del agua.
En realidad, llevar a cabo un equilibrado hidráulico tiene su complejidad. Sin duda, su ejecución debe estar en manos de técnicos especializados y con experiencia en instalación y mantenimiento de sistemas de climatización.
Para empezar, estos profesionales harán una evaluación del circuito de calefacción. En función de ello, testearán su desempeño en todos los ambientes de la casa o en cada piso de la comunidad de vecinos. En particular, en las que presenten el problema de reparto desigual del agua caliente. Por otro lado, los técnicos calcularán las dimensiones de las habitaciones y la superficie de las paredes y ventanas. Además, también determinarán la distancia del generador de calefacción hasta cada punto de radiador o de suelo radiante.
En correspondencia con lo anterior, los especialistas estudiarán la demanda de calor de cada estancia y verificarán el nivel de calor que podrían alcanzar los radiadores y otros emisores de calor integrados al sistema. Ya realizados los cálculos y verificaciones mencionadas, los técnicos deben calcular la temperatura máxima que puede lograr el sistema. Y también el caudal de agua que llegará a cada radiador o punto de suelo radiante a lo largo del circuito, para alcanzarla.
Ahora sí, cumplido lo anterior, los técnicos tendrán los conocimientos necesarios para establecer cómo ejecutarán el equilibrado hidráulico. En base a estos, aplicarán ajustes a la bomba de la calefacción, las válvulas termostáticas, la temperatura y el volumen de agua del sistema. Como resultado de esto, el sistema debe suministrar una potencia de calefacción constante en todos los espacios, con una curva de temperatura óptima.
Identificados los puntos débiles del circuito, los expertos deben instalar válvulas para el equilibrado hidráulico. En este sentido, las dispondrán en lugares específicos y estratégicos para garantizar que el flujo sea regular en todo el circuito. De acuerdo con las características y requerimientos del circuito, elegirá entre tres tipos de válvulas:
Esta clase de dispositivo es manual. Al disponer de estas en el sistema, es factible ajustar el caudal del agua circulante a lo largo del circuito. Para ello, es indispensable tener en cuenta el nivel de carga completa de agua de la red. No obstante, este tipo de válvulas sólo son recomendables para instalaciones de dimensiones modestas y edificios de viviendas u oficinas con columnas ascendentes. También pueden utilizarse en sistemas de calefacción monotubo. Son compatibles con circuitos de calefacción con radiadores e instalaciones de suelo radiante. Pero su defecto más evidente es que, en algunos circuitos, son incapaces de eliminar o reducir el ruido que puede producir la presurización el sistema de calefacción.
Este tipo de válvulas cuenta con un sistema automático que regula el caudal de agua. Después de instalarse en los sitios del circuito elegidos por el técnico, las válvulas de equilibrado hidráulico automático actúan manteniendo el caudal de agua caliente constante. Incluso, evita cualquier variación a pesar de presentarse cambios de presión. De esta manera, el equilibrado es más rápido y preciso que el logrado con otras válvulas, lo que reduce el consumo de energía.
Contrario a lo que ocurre con las válvulas estáticas, las dinámicas sí eliminan los ruidos molestos que emite el sistema. En general, su uso es más frecuente en circuitos donde se generan cambios muy frecuentes en la presión. Específicamente, en edificios de gran envergadura provistos con calefacción central. Por supuesto, son más costosas, pero el tiempo para poner nuevamente en marcha la instalación es menor.
Por su parte, las válvulas de equilibrado térmico no emplean el nivel del caudal de agua como base para controlar el reparto en el sistema. Como su nombre lo indica, las térmicas regulan la distribución del agua caliente sanitaria (ACS) gracias al control de la temperatura. Su diseño les permite lograr que la temperatura en cada ramal del sistema sea uniforme y suministrar el agua por todos los puntos del circuito.
Ciertamente, la válvula de equilibrado hidráulico térmico mantendrá la temperatura asignada al sistema al encender la caldera. Durante el funcionamiento de esta, la válvula térmica asegurará que el agua esté circulando por las tuberías de forma permanente. En el mismo momento, impedirá que la temperatura descienda a un valor mínimo cuando el ACS esté circulando.
Por si fuera poco, esta válvula controla igualmente el nivel que tiene el caudal en todo momento. Incluso cuando el agua se enfría y retorna a la caldera para volver a calentarse. De este modo, el sistema no sufrirá sobrecargas de agua. En paralelo, logrará llegar a un nivel de caudal más ajustado para el calentamiento del sistema en aquellos puntos del circuito a los que antes no llegaba agua suficiente para calentar.
En resumen, podemos decir que las ventajas de realizar el equilibrado hidráulico son las siguientes:
Como dijimos líneas arriba, es fundamental que el servicio de equilibrado hidráulico de sistemas de calefacción sea realizado únicamente por personal experto. En el Grupo 3000 ServiHogar somos especialistas en la instalación, mantenimiento y reparación de sistemas de aire acondicionado y calderas. Nuestro compromiso es ofrecer resultados eficaces y fiables con soluciones adecuadas a tus necesidades y presupuesto, así como un trato totalmente personalizado. Confía el trabajo de equilibrado hidráulico de tu calefacción a los mejores. ¡Contáctanos ahora!
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